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Uno de los aspectos más importantes en la Bienocracia será la diplomacia para evitar conflictos con otros países o territorios. Por lo que los diplomáticos serán figuras muy importantes del sistema y por eso deberán ser elegidos a través de votación por todas aquellas personas que hayan conseguido el voto a nivel nacional. Los diplomáticos, así mismo, deberán pasar las pruebas para la adquisición del voto por la importancia y la responsabilidad de su cargo. Aparte del voto, las personas que quieran ser diplomáticas deberán reunir estos requisitos:
Tienen que tener estudios universitarios en diplomacia.
Que sean las personas con una personalidad muy calmada que nunca pierda los nervios en ningún momento, ya sea por miedo o ira.
En la Bienocracia existirán dos tipos de diplomáticos:
Diplomático en una embajada del extranjero: Para la elección de este diplomático se priorizará en elegir a la persona que conozca la lengua o costumbres del lugar.
Diplomático general en una materia: Es recomendable que sea especialista total en su campo del conocimiento, conociendo la situación de la población en relación al ámbito que le incumbe y que permanezca en contacto con ellos para saber qué aspectos se necesitan mejorar.
Nunca debe haber “Diplomáticos internos” dentro de la nación como serían los alcaldes de una ciudad o un ministro de economía, por que serían como los políticos de hoy en día, los cuales roban y todo lo pactan a espaldas de la gente. Por lo que los diplomáticos solo ejercerán en el extranjero.
Si un diplomático tiene que votar algún asunto importante deberá pedir consulta popular para que los votantes de la nación decidan, a través del voto. En el caso de que el asunto sea poco importante, el diplomático podrá ejercer lo que convenga a la nación sin realizar la consulta.
En caso de guerra todo diplomático que haya fracasado en su intento de pacificar y haya estado hablando con la otra nación tienen la obligación de pelear en la guerra. Son los únicos obligados a ello de toda la nación, siempre reservándoles las primeras líneas del frente. Aunque sea un alto mando militar, para que puedan intentar arreglar con hechos lo que no pudieron con palabras. Dando igual el nivel o rango del diplomático, ya que se lo deben al resto que no querían guerra.